Waterlooplein

Esta plaza se despierta cada mañana con los sonidos del mercado de pulgas más antiguo de los Países Bajos. Los visitantes pueden encontrar cualquier cosa en los distintos puestos, como libros, ropa o joyas.

El nombre de la plaza hace referencia a la batalla de Waterloo, que puso fin a las ambiciones del emperador Napoleón. El mercado se inauguró en 1882 y sobre todo estaba lleno de mercaderes judíos que se vieron obligados a trasladarse aquí desde las calles circundantes. Por este motivo, una de las peculiaridades del mercado es que no cerraban los domingos, sino los sábados, día del sabbat judío. Casi desapareció después de que los nazis ocuparan los Países Bajos.

En la actualidad, el mercado está abierto al público y, respetando los horarios habituales, solo cierran los domingos. Puedes venir en metro o tranvía, parada Waterlooplein. También hay un aparcamiento cercano.